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Ejercicio y reumatología

Especialista en Reumatología – principal área de interés espondiloartritis (espondiloartritis axial, artritis psoriásica, artritis reactiva, artritis enteropática, uveítis) y enfermedades autoinmunes sistémicas

Ismael González Fernández

Ismael reumatologo
Ismael González Fernández

Siempre recordaré el momento en el que decidí que, como profesional de la salud, debía dar ejemplo y promover aquello que yo mismo recomendaría en algún momento a mis pacientes – este recuerdo data de primero de Medicina y, desde entonces, el deporte se ha convertido en una de mis pasiones. Para aquellos que quieren conocerlo, practico principalmente running (para mantener un buen nivel de salud cardio-vascular y respiratorio) así como ejercicios de fuerza en entrenamiento con pesas (para potenciar la musculatura y mantener una buena tonificación que me ayude a prevenir artromialgias asociadas a la edad y/o atrofias). Como reumatólogo y, por tanto, especialista médico en patología que afecta al sistema musculo-esquelético (incluyendo patología degenerativa e inflamatoria) así como en enfermedades autoinmunes es nuestro deber dar a conocer la importancia y los beneficios que el ejercicio tiene en todas nuestras enfermedades.

¿Qué beneficios aporta el ejercicio al sistema musculo-esquelético?

Muchos de los generales son de sobre conocidos por todos como podrían ser:

  • Reducir riesgo cardiovascular y, por ende, posibilidad de infartos o de ictus.

  • Disminuye probabilidad de cáncer y de demencia.

  • Reduce niveles de estrés y ansiedad.

  • Aumenta esperanza de vida.

  • Mejora CALIDAD de vida.

Sin embargo, a nivel musculo-esquelético y, en concreto, en enfermedades reumatológicas también tiene muchas ventajas al FORTALECER huesos, articulaciones, músculos y tendones, destacando la mejoría de muchos de los síntomas asociados a nuestras patologías como el dolor (“dolor inflamatorio” prima en nuestros trastornos y empeora con el reposo), la rigidez matutina, la fatiga (al mejorar sistema cardiovascular y respiratorio) y, con ello, la limitación funcional que persigue a nuestros pacientes. Así mismo, lo recomendamos como parte del tratamiento no farmacológico de la patología degenerativa ya que, en muchas ocasiones, el dolor se potencia a existir atrofias musculares o contracturas derivadas de la falta de ejercicio por el propio dolor (“la pescadilla que se muerde la cola”).

Es importante recordar, también, que los beneficios generales son IMPRESCINDIBLES para enfrentarnos a muchas de las comorbilidades que asolan a nuestros pacientes (hipertensión arterial, dislipemia, sobrepeso…) y que agravan su situación.

¿Qué ejercicio podemos recomendar en nuestras enfermedades?

Principalmente plantearíamos:

  1. Ejercicio aeróbico: 3 ó 4 días a la semana. Actividades como caminar, correr, nadar, bicicleta. Con ello, mejoraremos nuestra salud cardiovascular, ganaremos resistencia física y perderemos peso (ayudando así a sobrecargar menos a nuestras articulaciones).

  2. Ejercicios de fortalecimiento muscular: 2 días a la semana. Actividades como pesas. El objetivo es tonificar musculatura para reducir complicaciones como atrofia muscular, contracturas, lesiones y, en resumen, el dolor asociado a la falta de actividad.

Lógicamente estas dos actividades deben ser complementarias, a ser posible siempre supervisadas por una persona especializada que enseñe pautas de entrenamiento y, sobre todo, INDIVIDUALIZARSE según las características de los pacientes y de la enfermedad que asocien. Además, el entrenamiento debe ser progresivo y tomarse las cosas con paciencia pero con un objetivo claro para evitar la desmotivación y, con ello, el abandono.

¿Se dispone de ejercicios específicos por grupo de enfermedades?

Como adelantábamos en el epígrafe anterior, el ejercicio debe ser individualizado. No todas las enfermedades de reumatología son iguales y no todas repercuten de la misma manera o en las mismas localizaciones. Por ello, proponemos – de manera sencilla – algunos ejercicios más específicos según la enfermedad en particular.

  1. Artrosis: Es la enfermedad asociada al envejecimiento natural del cuerpo (“las arrugas de las articulaciones”) y al uso excesivo de ciertas estructuras a lo largo de nuestra vida (trabajadores manuales como carnicería, peluquería en manos – minería en columna y rodillas o deportistas profesionales en rodillas y caderas). Se primarán ejercicios de fortalecimiento muscular preferentemente para potenciar la musculatura adyacente a la articulación dañada. Lógicamente, los ejercicios deben adaptarse según dónde tengamos localizada la patología.

  2. Osteoporosis: Es la enfermedad en la que la densidad mineral del hueso es baja y, por ello, hay riesgo de fracturas óseas que muchas veces ocurren con esfuerzos o traumatismos leves. Potenciaremos ejercicios de tonificación muscular sin grandes cargas/ni giros-torsiones bruscas para evitar roturas y aeróbicos puesto que se ha demostrado que éstos últimos estimulan a los osteoblastos (las células encargadas de formar hueso).

  3. Enfermedades inflamatorias sistémicas (Artritis Reumatoide, Artritis Psoriásica, Espondiloartritis axial, Lupus Eritematoso Sistémico): Son aquellas en la que se produce inflamación de distintas articulaciones (cada una tiene un patrón específico) e incluso pueden tener manifestaciones extra-articulares (como afectación pulmonar, glomerulonefritis, enfermedad inflamatoria intestinal, psoriasis, uveítis…). Recomendaremos potenciar ejercicios de tonificación y aeróbicos para mejorar la movilidad y reducir la rigidez de la columna. SIEMPRE COMBINADO con la medicación prescrita por los reumatólogos ya que va a ser la principal herramienta de la que disponemos para mantener dormida la actividad de la enfermedad.

  4. Síndromes de dolor complejo/sensibilización central: Aquellas enfermedades donde hay dolor y no encontramos objetivamente en las pruebas realizadas causa que lo justifique. Muchas veces la causa puede ser somática por problemas de ansiedad/estrés, por un dolor que se ha cronificado por otra causa….Recomendamos ejercicios, principalmente de tonificación muscular.

En resumen, la actividad física es FUNDAMENTAL para un estilo de vida saludable y, como hemos visto, puede mejorar mucho la CALIDAD DE VIDA de un paciente con una enfermedad reumatológica. De tal manera que sólo te queda hacerte una pregunta – ¿A QUÉ ESPERAS PARA SUMARTE A ESTE MODO DE VIDA? –

REFERENCIAS

  • Goicoche Garcia C. Neurobiología del dolor osteoarticular: Sensibilización periférica y central. Tratado de enfermedades reumáticas de la SER. 2 edición. 2022. 10: 73-78.
  • Otón Sánchez MT. Lesiones ocupacionales y deportivas: su evaluación reumatológica. Tratado de enfermedades reumáticas de la SER. 2 edición. 2022. 27: 193- 197.
  • Quevedo Abeledo JC. Ferraz Amaro I. Comorbilidad en las enfermedades reumáticas: evaluación y manejo del riesgo cardiovascular. Tratado de enfermedades reumáticas de la SER. 2 edición. 2022. 29: 204 – 210.
  • Almodóvar R, Flórez M, García F, Romera M, Zarco P. Importancia del ejercicio en enfermedades reumáticas. Proyecto Reumafit.
Ismael González Fernández
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DAMIÁN GÓMEZ​

Soy Damián Gómez, entrenador personal y técnico nutricionista deportivo. Profesional del sector en León, con +10 años de experiencia, ayudando a todos mis clientes a lograr sus objetivos y metas en toda España, de manera online y presencial.

También soy imagen de varias marcas relacionadas con el deporte, el fitness y la salud, las cuales me patrocinan, soy competidor de Men´s Physique.

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